miércoles, 5 de octubre de 2011

Este blog va a morir en breve

Por delicadeza, no ha muerto aún.

TODOS los contenidos están ya alojados en la nueva casa: blogs.zemos98.org/carolinkfingers

Aunque, como después de toda mudanza, toca ordenar un poco.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Toca mudanza

Desde que supe qué eran los blogs, vine a esta maquinita y abrí uno. El primer carolinkfingers murió en un arrebato. El segundo es este que véis que, afortunadamente, conservó la misma dirección (url) pero distinta dirección (semiótica). Nos vemos en el tercero y ya estáis invitados: http://blogs.zemos98.org/carolinkfingers/

A una invitación del equipo de Zemos98 dije SÍ como quien responde a una solicitud de matrimonio muy ventajoso, pero más bonito que eso porque no hay nada de por medio salvo las ganas de acompañarme bien. Estoy segura de que allí también podéis llegar, todos los contenidos serán siendo de uso libre igual que aquí y conseguiré tiempo para actualizar -del mismo indolente modo-.

Id actualizando rss que nos hemos mudado.

viernes, 9 de septiembre de 2011

A la rica caza

Lo decía Guillem Martínez en una de esas entrevistas recientes sobre la Cultura de la Transición: "La CB (Cultura Brunete) es el primo de Zumosol de la CT. Es una cultura importada y pagada con dinero de FAES a los think tanks republicanos" (del artículo El pelotazo de la cultura, de Pablo Elorduy e Irene G. Rubio, Diagonal 23/06/2011). También decía en otro momento de ese "especial" Cultura de la Transición: "Está sobreexplotada ETA, muy sobreexplotada. Han conseguido eliminar tres partidos, es muy serio". Y en esta última frase se refiere al movimiento #15M.

No soy analista política, un poquito podría considerarme analista de los medios o de la información o de la cultura, en este último ítem me podría llamar aprendiz, en fin. Sólo sumo, corrijo, resto, divido y multiplico, la ecuación se está haciendo sola a medida que recibo códigos. Y no están muy ocultos.

Si la CB es una versión iracunda de nuestra CT (le importa un pepino el consenso), si se muestra irracional, fantasiosa y tremenda como lo fue su líder espiritual (Aznar), si tiene voces que podrían ser leídos y escuchados por muchxs como una versión enternecedora de la parodia de Chaplin sobre los dictadores (de Jiménez Losantos a Sánchez-Dragó, y sólo dejo un enlace a su última chorrada autoparódica), la CB es lo que viene, o es la cara B de la Cultura de la Transición que sí, que parece agotada. Que no se ha muerto.

Visto que la alternancia no alterna nada, en verdad, y que esos dos grandes importantísimos partidos ya no son Jekyll y Hyde sino los dos a la vez en un mismo rostro, lo que viene es una CTB. No podemos escandalizarnos ni un poquito por las portadas de La Gaceta  ni por los debates de Intereconomía, porque esta cultura los ha dejado existir, crecer y posicionarse como medios a los que muchos (cada día más) otorgan credibilidad: eso quiere decir que les otorgan la posibilidad de instalar su visión del mundo en sus cabezas.

Da bastante miedo. Puede que esos dos medios que menciono nos parezcan de risa, pero el problema (como me señaló alguien en twitter estos días) es que, mientras nos reíamos, se crecieron. Y la osadía se extiende y multiplica.

Sobre esa misma ecuación que se me ha ido "revelando" (y es que venimos de un verano agostado, santero y milagroso como pocos), ETA ya no existe, por más que se empeñen en darle de cuando en cuando un espacio en cuerpo 60 en un titular (uno de los últimos que leí la daba por muerta, y creo recordar que se disputaban la autoría de su asesinato).

Lo que existe en su lugar son los indignados, palabro por el que muchos hace rato no sentimos ninguna simpatía (etiquetar funciona como mecanismo de reducción). Lo contrapongo a riesgo de que se me malentienda: los indignados vienen ocupando en estas semanas, en pequeños brotes, el lugar que se asignaba a ETA en nuestra "cultura". Se nos ha mostrado increpando a peregrinos, se nos ha mostrado en asambleas y sentadas como un peligro y, la de hoy, se nos señala como infiltrados en las reuniones de los profesores.

Esto último no lo hace un medio, sino directamente un político. Dando carnaza.

Ya sabíamos que se nos prefería quietos, callados y consumiendo. Pero consumir apenas podemos y nos queda un espacio mental importante en nuestros cerebros mientras, con una lata de gaseosa del Día, nos quedamos en cuartos alquilados o nos sentamos en las plazas entre palomas grises. Hemos encontrado una forma mejor de invertir el espacio mental y de usar las plazas. La indignación, que pudo ser la chispa, ya no es crucial. El trabajo que se está desarrollando es la creación, y visibilización, de conciencia crítica distribuida y multiplicadora. Y como no dejan de echarnos leña, ahí seguiremos.

En los medios, se pasó de la indiferencia o la ausencia total a ocupar algún que otro espacio importante, a tener sobre el movimiento los ojos de los opinadores y todólogos de todo signo (con un paternalismo y una condescendencia crecientes, brutales y asqueantes). El #15M o la revolución de la ciudadanía harta, positiva, esperanzada y crítica, ya se está presentando al común como una epidemia, un mal, un cáncer, un fenómeno terrorista. No queda Transición, no queda guerra, y no queda más enemigo que el ciudadano que se ha cansado de que le expolien sus derechos.

PD. Soy bastante avestruz. Habitualmente huyo de aquello que me hace daño. Por eso este post es muy raro en este blog. No tengo vocación de Cassandra, por demás.

sábado, 27 de agosto de 2011

Vacaciones ficción


Toda vacación es un asunto que compete a la ficción, no a la realidad.

Desde el momento en que estableces un tiempo comprado (o usurpado a costa de tus finanzas) a la rutina; desde el momento en que decides generar (o te generan, a golpe de talón) un paréntesis en los días, sus rutinas y obligaciones. La burbuja se instala como si abrieras una sima en la realidad, un vídeojuego, un universo alternativo en el cual es posible sentarse en torno a una hoguera para escuchar un cuento maravilloso tras otro.

No para otra cosa son las vacaciones. Las vacaciones son el tiempo de la ficción. Quieras o no quieras rodearte de ellas.

La mediavida que llevamos no puede ni de lejos competir con la maravilla destilada que hay en una narración / que hay en una vacación.

Mírate a ti mismo antes de salir. Mírate después. No eres el mismo, la misma, en serio quieres ser otra, el solo desplazamiento obra el milagro. Partes a un lugar donde nadie sabe quién eres en realidad. Donde nadie va a pedirte cuentas por lo que dejas sin hacer, por lo que no contestaste.

Una gran parte del esfuerzo de esa vacación consiste en impostar. Impostar que puedes pagarte ese viaje, a priori. Impostar que ése es el viaje que sin duda quieres, como segunda mentira. Impostar que allí y sólo allí vives esos días como si fuese el paraíso, ya se trate de una habitación de tres estrellas es un resort de Cancún o un alojamieto rural en Las Hurdes.

Según la configuración de esa vacación -designada/diseñada- el relato será más fuerte, más perviviente, o sobreviviente a secas. Tal cual una buena historia contada al raso, bajo las estrellas, la narrativa de la vacación podrá instalarse virgen y plantar semillas para mantenerse un rato en el magma rutinario, lobotomizador del curso escolar. La vacación como píldora -ni azul, ni roja- para habitar en otra matrix, diferente pero igual, de la que te acoge el resto del año. La vacación como ticket dorado para una función exclusiva -de 3 días o 3 semanas-, directamente inoculada a tus sentidos.

La vacación es silente. Te necesita. La vacación compete a tus habilidades como organizador de salidas turísticas o a tu ciega confianza en un tour-operador, el mayor mago posible sobre la tierra (fuera de los vídeo-djs). En uno y otro caso, tú y los demás esperamos que esa vacación, esa bisagra, ese transcurso, ese símil sumergido de la vida en el Olimpo, pueda ser narrado.

A mí me basta habitualmente con la narración privada. Cuando contaba 10 o 12 años, en mi lugar de vacaciones habitual, el pueblo de la abuela, jugaba a sentarme en las piedras manchadas de azufre del río Odiel, y creer que era una diosa (del Olimpo) que podía servirse miel y ambrosía sin cesar, directamente de los recovecos que el mismo agua había horadado en las piedras.

De mis siete días comprados de vacación, recuerdo una playa compartida, pero prácticamente mía a partir de las 8pm. Recuerdo unos cuantos hábitos que acoges en las primeras 24 horas como te agarrarías a las tablas de una balsa (pedir un galão para desayunar, solicitar una caneca en la barra al atardecer, aparecerte antes de las nueve en las duchas para no sufrir las colas, acostumbrarte al grito de "Bolinhas, bolinhas" desde temprano en la mañana hasta última hora de la tarde...). Recuerdo unos ojos azules con profusión de pestañas que me despidieron tras siete días en un lugar en el que nadie sabía mi nombre propio.

Toda vacación está abocada a convertirse en una reunión de cuentacuentos milagrosos. Podemos soportar con sonrisa estólida la narración de los que tuvieron suficiente dinero o sangre fría para comprarse un mes en Veracruz o en Tánger. Podemos soportar la historia del ligoteo de verano de la amiga que no termina de sentar cabeza (o que, merced a la ficción, su vacación la convirtió en mercancía). Podemos escuchar en los próximos meses docenas de cuentos, de narraciones, de historias.

Aunque ninguna nos dejará tan satisfechos, tan lozanos, tan creativos como nuestra propia narración.

Por supuesto, esta entrada fue creada para hacer mi propia ficción.

sábado, 20 de agosto de 2011

Esconded las carteras


En estas semanas de duro verano -en todos los sentidos imaginables-, poco he hecho de productivo salvo lo estrictamente necesario. Ah, y un par de colaboraciones que salen de la tónica de las reseñas literarias.

He huído, estratégicamente, de Madrid durante los días de la visita paypal. Antes de eso, tuve noticia de un fanzine que se estaba preparando, vía Reinohueco, inspirado por los milloncejos que nos costaba (que nos está costando) la cumbre pastoral y todo este circo incongruente y desmedido. Como otras personas, pasé una pequeña colaboración a la iniciativa. Ahora ya está listo para ser disfrutado.

Esconded las carteras que viene el Papa.

Es fotocopiado al estilo de los antiguos fanzines, y para solicitar ejemplares, escribid a:
escondedlascarterasquevienelpapa@yahoo.es

Mi pequeño aporte está realizado a partir de un dibujo que hicimos mi hija Valentina y yo hace bastante tiempo. Me permito publicarla en baja calidad, me apetece mucho compartirla.